Amigo, al echar, sólo una mirada a las páginas de la historia, encontramos que se han registrado diferencias de criterio entre los grandes maestros, profetas, filósofos, psicólogos y pensadores, que han pasado por este mundo en relación a diversos conceptos. Pero todos ellos, en todas las épocas, han estado de acuerdo en una cosa: en que llegamos a ser lo que pensamos.
Esto es absolutamente cierto, yo estoy convencido de que llegamos a ser lo que pensamos.
Marco Aurelio, el gran emperador romano, dijo una vez acertadamente: “los pensamientos de un hombre son su vida misma”. Emerson enfáticamente dijo: “El hombre es lo que durante todo el día piensa”. Y el profesor William James, conocido como el padre de la psicología moderna apuntó una vez: “El descubrimiento más notable de nuestra época es que el ser humano puede alterar toda su vida con solo alterar su actitud mental”.
Amigo, si esto es lo que creían estos grandes hombres de la historia, y ellos mismos eran el resultado de sus pensamientos, no nos queda otra cosa, a nosotros que legar al convencimiento que lo que pensamos determina nuestro destino, que nosotros somos el resultado de nuestros pensamientos.
La misma Biblia nos enseña este principio mucho antes que cualquiera en Proverbios 23:7 “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”
¡Cuidado! debo prevenirte, el pensamiento es muy poderoso, pues en eso te convertirás. Piensa de ti solo positivamente, con cordura, con buen juicio, sensatez, prudencia y responsabilidad. Piensa en tus victorias y no en tus derrotas. Si piensas en lo que te gustaría llegar a ser, pierde cuidado, en eso te convertirás.
Piensa en grande y eso llegarás a ser. Pero hazlo ya , desde hoy porque ¡Hoy es tu mejor día y mañana será mucho mejor!
